Marqués de Pomba

¿Quién era el marqués de Pombal?

Una gran figura política portuguesa, el marqués de Pombal (Marquês de Pombal en portugués) se entroniza sobre la vieja Lisboa. Como embajador y luego ministro, sus acciones le valieron la ira de una parte del pueblo portugués. Entre el abuso de poder y las políticas innovadoras, ¿cómo se convirtió este hombre en una figura importante de la historia de Portugal?

Sus inicios 

El Marqués de Pombal nació el 13 de mayo de 1699 en Lisboa con el nombre de Sebastião José de Carvalho e Melo. Sin embargo, creció en la ciudad universitaria de Coimbra, donde, gracias a su familia, ingresó en la universidad y estudió Derecho, Historia y Ciencias Políticas. Sin embargo, abandonó sus estudios para iniciar la carrera militar, que también abandonó. 

Gracias a su familia, inició la carrera diplomática. En 1738 fue nombrado embajador en Gran Bretaña. Durante siete años aprendió la profesión diplomática en Londres. En 1745, de regreso a Lisboa, fue nombrado embajador en Viena para ayudar a resolver el conflicto entre el Papa Benedicto IV y la reina austriaca María Teresa. Los reyes portugueses eran una de las pocas esperanzas para resolver el conflicto que envolvía al Sacro Imperio Romano. 

Su confirmación 

A la muerte del rey Dom João V, Marquês do Pombal fue nombrado Secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Esta era una posición decisiva que le permitía utilizar su poder. Comenzó a poner en marcha políticas y reformas atrevidas para la época. Creó varias empresas que acapararían los negocios del reino portugués y que construirían las relaciones comerciales del país. También impidió la exportación de oro a Inglaterra.

Como la demanda de vino de Oporto cayó en picado, el marqués de Pombal se hizo cargo del comercio del vino de Oporto. Gracias a la empresa Companhia Geral da Agricultura das Vinhas do Alto DouroA finales del siglo XIX, negoció el monopolio de la producción de vino de Oporto para Inglaterra y Brasil. A continuación, delimitó la zona de producción del Duero con 335 hitos de granito llamados "marcos pombalinos". Por último, enumeró los vinos según su calidad. Los vinhos de feitoria, los mejores vinos de los viñedos, podían venderse en el comercio exterior, a precios elevados. 

Los viñedos que producen los mejores vinos, llamados vinhos de feitorias, tienen derecho a vender sus productos para la exportación a precios más altos, mientras que los que producen vinos de calidad más modesta, los vinhos de ramose limitan al mercado interior. 

El marqués de Pombal también se encargó de subir los impuestos. Una de sus medidas más impopulares. 

Todas estas reformas provocaron la ira de la nobleza y de los jesuitas, que se convirtieron en grandes conflictos. 

Plenos poderes

El 1 de noviembre de 1755, un terrible terremoto sacudió la bella Lisboa. Ante el terror, el rey José I se atrincheró en su palacio de Belèm y dio plenos poderes al marqués de Pombal. 

Mientras los supervivientes tuvieron que hacer frente a un maremoto y a varios incendios, el marqués se hizo cargo de la organización de la ciudad. Como primer ministro del reino, organiza el rescate de la población, decreta la horca para los ladrones y merodeadores, fija el precio de los alimentos y materiales, y ayuda a deshacerse de los cadáveres en el océano para evitar epidemias. 

Los daños causados por la catástrofe son considerables. El marqués tomó las decisiones importantes para reconstruir la ciudad. Con la ayuda de ingenieros portugueses y extranjeros, su plan de reconstrucción permitió reconstruir la ciudad en un año; calles más rectas, varios edificios administrativos construidos, uso de azulejo para proteger las casas del fuego y la creación de la baixa. Lisboa se convirtió entonces en una de las más bellas capitales europeas. 

Masón, el marqués de Pombal pretendía eliminar la influencia católica. Por ello, decidió expulsar a los jesuitas de Portugal y forzó una especie de inquisición a la autoridad real. En 1960, también creó la Real Hacienda, la Real Imprenta y la Escuela de Comercio. 

Su declive

En el apogeo de su carrera, y gobernando el país con mano de hierro desde 1750, el Marqués de Pombal despertó celos y resentimientos. La nobleza le odiaba y le reprochaba su abuso de poder. 

A la muerte del rey Don José I, los enemigos del marqués actúan con la reina María I, que sucede a su padre. Al no estar de acuerdo con las medidas y la política del marqués, la joven reina lo acusa de abuso de poder y de crímenes. Decidió renunciar a él y lo condenó al exilio debido a su avanzada edad (80 años). 

O Marquês do Pombal murió el 8 de mayo de 1782 en su finca de Pombal. 

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